La Escuela Secundaria Humberto Muñoz Zazueta celebró con gran orgullo y emoción el Festival del Día de Muertos, la tarde del jueves 30 de octubre, en un ambiente lleno de color, tradición y sentimiento. Este evento fue posible gracias al esfuerzo conjunto del personal administrativo, las maestras y maestros, el alumnado y la Sociedad de Padres de Familia, quienes unieron talentos y voluntades para rendir homenaje a una de las costumbres más representativas del pueblo mexicano.
La coordinación del festival estuvo a cargo de la profesora Dunia Montaño, profesor Ricardo Cervera, profesor Ángel Monroy y el profesor Francisco Zúñiga, quienes guiaron con entusiasmo las actividades que dieron vida a esta conmemoración. Entre altares, catrinas, flores de cempasúchil, veladoras y papel picado, se recordó con respeto y alegría a quienes ya no están físicamente, pero permanecen vivos en la memoria y el corazón. El atar estuvo dedicado en memoria a David Reyes Murillo quién fue trabajador de la institución.
El Día de Muertos no es solo una fecha en el calendario; es una celebración que fortalece los lazos familiares, el sentido de pertenencia y el orgullo de ser mexicanos. Esta tradición, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, representa la fusión entre el pasado indígena y las creencias contemporáneas, simbolizando el amor, la esperanza y la continuidad de la vida.
En la secundaria Humberto Muñoz Zazueta, se busca que las y los estudiantes comprendan la profundidad de esta festividad, que aprendan a valorar las raíces culturales que nos identifican como nación y que reconozcan en el arte, la música y la convivencia comunitaria, una forma de mantener viva la historia.
La finalidad de esta conmemoración es transmitir, promover y preservar nuestras raíces culturales, reafirmando que el Día de Muertos es una de las expresiones más bellas de México 🇲🇽 y un testimonio de cómo nuestro pueblo transforma el dolor en memoria, la ausencia en presencia, y la muerte en celebración de la vida.
En el altar elaborado, en cada ofrenda colocada, en cada canto y representación, se percibió el amor, la creatividad y el respeto de los jóvenes hacia sus tradiciones. Este festival no solo rindió homenaje a los difuntos, sino también a la identidad mexicana, a los valores de unidad, gratitud, respeto y solidaridad que caracterizan a nuestra comunidad educativa.