En el corazón de Cabo San Lucas, a unas calles de la marina donde el mar golpea con suavemente los muelles, existe un restaurante antiguo de esos que dicen since y que antes era una casa de huéspedes. Los lugareños lo conocen, pero nadie habla de lo
paranormal (2)
Entre los cerros polvorientos que separan a San Evaristo del olvido, se levanta una casa vieja, de madera reseca y ventanas sin vidrio. Los pescadores y rancheros del rumbo la conocen bien: el Rancho El Mal de Orín. Nadie se atreve a pasar por ahí cu