Hoy he estado pensando en algo que llevo sintiendo desde hace tiempo: me siento diferente a la mayoría de las personas que me rodean. No sé exactamente por qué, pero a veces parece que no encajo, como si hubiera algo en mí que no encuadra con el resto. Es una sensación extraña, porque no es que no quiera conectar con la gente, pero siempre tengo esta idea de que soy distinta, como si mi manera de pensar o de ver las cosas fuera completamente opuesta a la de los demás.
En la escuela, lo noto más que en ningún otro lugar. Mientras algunos hablan de sus cosas con tanta facilidad, yo me siento como una espectadora, alguien que observa desde fuera pero que no participa del todo. A veces, cuando estoy con mis compañeros, me pregunto cómo pueden estar tan cómodos entre ellos, como si ser parte del grupo fuera lo más natural del mundo. Yo, en cambio, siempre me siento un poco incómoda, como si tuviera que esforzarme demasiado para ser parte de algo que no termino de entender.
No es que no intente ser sociable. Hablo con mis compañeros, trato de reírme de sus chistes y seguir sus conversaciones, pero muchas veces me doy cuenta de que no comparto sus intereses. Mientras ellos hablan de fiestas, ropa o cosas que han visto en redes sociales, yo suelo pensar en cosas completamente diferentes. Me gusta reflexionar sobre la vida, imaginar historias, o simplemente perderme en mis propios pensamientos. Es como si mi mundo interior fuera mucho más interesante que lo que pasa a mi alrededor, pero eso también me hace sentir sola.
A veces me pregunto si soy la única que se siente así. ¿Será que los demás también se sienten diferentes, pero lo ocultan mejor que yo? Quizás todos llevamos dentro nuestras propias inseguridades y dudas, pero no las compartimos por miedo a ser juzgados. Me gustaría creer que no estoy sola en esto, que hay otras personas que también sienten que no encajan del todo, pero en los momentos en los que más me invade este sentimiento, es difícil no pensar que soy la única.
Lo que más me cuesta es entender por qué ser diferente me hace sentir mal algunas veces. En teoría, ser diferente debería ser algo bueno, algo que nos hace únicos, pero en la práctica, parece ser lo que más nos separa de los demás. Cuando noto que mis intereses o mis opiniones no coinciden con los del grupo, me pregunto si hay algo malo en mí, si debería cambiar para ser más parecida a ellos. Pero al mismo tiempo, sé que no quiero fingir ser alguien que no soy. No quiero perder lo que me hace ser yo.
También he aprendido que, aunque me siento diferente, eso no significa que no pueda conectar con las personas en otros niveles. Hay momentos en los que descubro que incluso alguien con quien aparentemente no tengo nada en común puede sorprenderme. Tal vez no compartimos los mismos intereses, pero eso no significa que no podamos encontrar algo que nos una. Creo que ahí está el desafío: aprender a aceptar las diferencias sin dejar que nos separen.
Sin embargo, sigo pensando mucho en lo que significa ser diferente. Me doy cuenta de que, aunque a veces me siento sola, no cambiaría quién soy. Tal vez no siempre encaje en el molde que parece ser “normal”, pero eso no significa que mi manera de ser no tenga valor. Creo que el mundo necesita a personas que piensen diferente, que vean las cosas desde otra perspectiva, porque eso es lo que lo hace interesante y diverso.
Hoy, mientras escribo esto, me doy cuenta de que ser diferente no es algo que deba esconder. Es parte de quién soy, y aunque a veces me haga sentir aislada, también me da la oportunidad de ver el mundo de una manera única. Quizás el problema no es tanto que yo sea diferente, sino que me he enfocado demasiado en las cosas que nos separan en lugar de en las que nos pueden unir.
No sé si algún día dejaré de sentirme así, pero estoy empezando a entender que no necesito encajar perfectamente con los demás para tener valor. Mi manera de ser, de pensar y de sentir es válida, incluso si no se parece a la de los demás. Y quizás, al aceptarme a mí misma, también pueda encontrar a personas que valoren esas diferencias en lugar de verlas como un obstáculo.
Por ahora, seguiré explorando lo que significa ser yo misma en un mundo que parece querer que todos seamos iguales. Tal vez no sea fácil, pero creo que al final valdrá la pena. Porque, aunque me sienta diferente, también sé que hay fuerza en eso. Y espero que algún día, las personas que me rodean también puedan verlo.
Comentarios