Como podria empezar a describir este 2025?, un año que se sintió largo, pesado y lleno de obstáculos. Si alguien me preguntara cómo me fue, no sabría responder con una sola palabra. No fue completamente malo, pero tampoco fácil. Fue un año que me puso a prueba emocionalmente y que me obligó a crecer de una manera que no esperaba.
Durante este año me enfrenté a muchos contratiempos. Algunos fueron pequeños, otros se sintieron enormes. Hubo momentos en los que me sentí perdida, sin motivación y con una sensación constante de cansancio. La escuela fue una de las mayores fuentes de estrés: tareas, exámenes, presión por cumplir expectativas y miedo a no ser suficiente. A veces sentía que daba todo de mí y aun así no alcanzaba lo que se esperaba. Eso me hizo dudar mucho de mis capacidades y de mi valor como persona.
También hubo contratiempos emocionales. Perdí amistades que pensé que durarían para siempre, y eso dolió más de lo que me atreví a admitir. Me di cuenta de que no todas las personas que llegan a tu vida están destinadas a quedarse, y aunque entiendo eso ahora, en su momento fue difícil aceptarlo. Me sentí sola, incluso rodeada de gente, y aprendí que la soledad no siempre significa estar físicamente sola, sino sentir que nadie te comprende del todo.
Este 2025 también me enseñó lo complicado que es crecer. Cambié de ideas, de sentimientos y hasta de sueños. Hubo días en los que no me reconocía a mí misma, días en los que solo quería detener el tiempo porque sentía que todo avanzaba demasiado rápido. Me enfrenté a mis miedos, a mis inseguridades y a pensamientos que me hicieron cuestionar muchas cosas sobre mí y sobre el futuro.
Sin embargo, entre todos esos contratiempos, también hubo aprendizajes. Aprendí a ser más fuerte de lo que creía, a levantarme después de días difíciles y a no rendirme incluso cuando no veía una salida clara. Aprendí que está bien sentirse mal, que no siempre tengo que estar bien para los demás y que pedir ayuda no es una debilidad. Este año me rompió un poco, pero también me reconstruyó.
Al cerrar este 2025, me siento cansada, pero también orgullosa. No fue un año fácil, pero aquí estoy, con más experiencia, más conciencia de mí misma y con la esperanza de que lo que viene será mejor. Quiero creer que todos estos contratiempos tuvieron un propósito, que me prepararon para enfrentar el futuro con más valentía y madurez.
Este diario queda como prueba de todo lo que sentí y viví. Tal vez en unos años vuelva a leer estas páginas y me dé cuenta de cuánto crecí. Por ahora, solo sé que sobreviví a un año difícil y que eso, para mí, ya es un logro enorme.
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